“Historia (Inquiry); so that the actions of people will not fade with time.”

Herodotus
The Histories of Herodotus of Halicarnassus


"That is war... To defeat foes in the name of a country. The states affairs of the enemy are inconsequential."

-Marco
Radiant Historia (videogame)


"The Wheel of Time turns, and Ages come and pass, leaving memories that become legends. Legends fades to myth, and even myth is long forgotten when the Age that give it birth comes again."

-Robert Jordan
The Wheel of Time


"Solomon saith: There is no new thing upon the earth. So that as Plato had imagination, that all knowledge was but remembrance; so Solomon giveth his sentence, that all novelty is but oblivion."

-Francis Bacon: Essays LVIII.
(Epígrafe en "El Inmortal" de Jorge Luis Borges)

"¿Y a mí qué me importa el futuro? Sin duda, Seldon lo habrá previsto y se habrá preparado para él. Llegarán otras crisis en el futuro, cuando el poder del dinero esté tan muerto como fuerza histórica como lo está ahora el de la religión. Que mis sucesores resuelvan sus problemas, como yo he resuelto el nuestro."

-Isaac Asimov

Los príncipes comerciantes

Fundación



©William Rosado Ocasio, 2012-2016
Prohibido el uso de cualquier material escrito en este blog para fines comerciales o lucrativos sin el debido permiso del autor.

sábado, 31 de marzo de 2012

II. “The Murderer” en Contexto del Flâneur, su Contraparte Televisiva, Freud y el Castigo Social -Tesina-


Aquí les dejo la segunda parte de mi tesina sobre tres cuentos de Ray Bradbury.
©William Rosado Ocasio, 2011
Prohibido el uso de este trabajo para fines comerciales o lucrativos sin el debido permiso del autor.
II.                  “The Murderer” en Contexto del Flâneur, su Contraparte
Televisiva, Freud y el Castigo Social   

“It’ll take time, of course. It was all so enchanting at first.
The very idea of these things, the practical uses, was wonderful.
They were almost toys, to be played with, but the people got too
Involved, went too far, and got wrapped up in the pattern of social
Behavior and couldn’t get out, couldn’t admit they were in, even.
So they rationalized their nerves as something else.”
                                                -Ray Bradbury, “The Murderer” (562)

            “The Murderer” es otra de esas maravillosas distopías de Ray Bradbury, una con un toque de ciencia ficción y locura que nos adentra a un mundo tan real como los tiempos que vivimos. Celulares inteligentes, computadoras, televisores, videocámaras, radios y toda una gama mucho mayor de tecnología, es a lo que posiblemente Bradbury temía cuando escribió este cuento, y con mucha razón. El mundo actual es uno gobernado por la tecnología que busca mantenernos más unidos los unos a los otros pero que a fin de cuentas nos separa mas por la impersonalidad del acto comunicativo inalámbrico que rigen el siglo XXI.
            En esta historia el narrador nos introduce a un psiquiatra (del cual nunca se dice su nombre) y a Albert Brock quien se hace llamar a sí mismo “el Asesino” (“The Murderer”). La historia comienza con cinco canciones que suenan en distintas áreas por las que pasa el psiquiatra, luego habla por una especie de teléfono en la muñeca con su hijo, luego mas áreas con distintas canciones y al llegar a su destino se encuentra con el cuadro mas perturbador: silencio en la celda de “el asesino”. El silencio nuevamente es protagonista de otra historia, al igual que la anterior (“The Pedestrian”) la sala de confinamiento de Brock es su paraíso, su utopía en un mundo con ruido por todas partes. Aquí el flâneur no ocurre únicamente por el simple hecho de vagar por la ciudad como buen poeta observando todo y a todos los que lo rodean, en esta historia Brock se convierte en el flâneur que repele todo lo social porque está cansado de lo cotidiano y del apego extremo a lo tecnológico. “El flâneur vive en la soledad urbana, es decir, la soledad en medio de una muchedumbre. Se abre camino entre la multitud que, a un tiempo, le atrae y le repele.” (Monteleone 79).
Cuando a Brock le preguntan cuándo comenzó a odiar lo tecnológico (más directamente el teléfono) y este dice:
It frightened me as a child. Uncle of mine called it the ghost machine. Voices without bodies. Scared the living hell out of me. Later in life I was never comfortable. Seemed to me a phone was an impersonal instrument. […] Then of course the telephone’s such a convenient thing; it just sits there and demands you call someone who doesn’t want to be called. Friends were always calling, calling, calling me. Hell, I hadn’t any time of my own. […] When it wasn’t the music, it was interoffice communications, and my horror chamber of a radio wristwatch on which my friends and my wife phoned every five minutes. What is there about such ‘conveniences’ that makes them so temptingly convenient? (Murderer 557)
Esto es a lo que Monteleone se refiere; el shock traumático que Walter Benjamin nos explica en Sobre Algunos Temas de Baudelaire:
Nos informa ante todo de la íntima relación que existe en Baudelaire entre la imagen del shock y el contacto con las grandes masas ciudadanas. Nos dice además qué debemos entender exactamente por tales masas. No se trata de ninguna clase, de ningún cuerpo colectivo articulado y estructurado. Se trata nada más que de la multitud amorfa de los que pasan, del público de las calles. Esta multitud, de la cual Baudelaire no olvida jamás la existencia, no le sirvió de modelo para ninguna de sus obras. (Baudelaire 25-26)
Esto es precisamente lo que ocurre con Brock, el shock del que habla Benjamin (que a su vez refiere a Freud) es el entorno sobrecargado del personaje que no encuentra ningún consuelo más que el estupor que vivió durante años con las masas tecnologizadas que de nada le sirven, pero que lo obligan a avanzar dentro de su propio grupo, de lo contrario (o como consecuencia de seguir a las masas) lo lleva a la situación en la que se encuentra. Adentrándome con Freud en la misma línea de pensamiento acerca de los sueños de angustia que presenta como:
Los sueños de angustia no son tal excepción, como ya he demostrado repetidamente y con todo detenimiento, ni tampoco los de «castigo», pues lo que hacen estos últimos es sustituir a la realización de deseos, prohibida, el castigo correspondiente, siendo, por tanto, la realización del deseo de la consciencia de la culpa, que reacciona contra el instinto rechazado. Mas los sueños antes mencionados de los enfermos de neurosis traumática no pueden incluirse en el punto de vista de la realización de deseos, y mucho menos los que aparecen en el psicoanálisis, que nos vuelven a traer el recuerdo de los traumas psíquicos de la niñez. Obedecen más bien a la obsesión de repetición, que en el análisis es apoyada por el deseo –no inconsciente- de hacer surgir lo olvidado y reprimido. (Placer 20)       
Obviamente en la última cita que utilicé de Bradbury, Brock nos cuenta sobre su trauma infantil sobre el teléfono, como este lo aterraba. Esto crea una combinación de elementos: el miedo infantil y el malestar de tener que aceptar la modernidad aunque no sienta aprecio por ella. La negación siempre se va a encontrar presente aunque el individuo decida ignorarla por tiempo indefinido, esto es lo que causa que con el tiempo el miedo se trasforme en un trauma que acaba por explotar de maneras coerciva, causando daños tanto al público como a su persona. Esto constituye de cualquier manera en un crimen, crimen que no está exento de castigo.   
Las máquinas le suministran gigantescas fuerzas, que puede dirigir, como sus músculos, en cualquier dirección; gracias al navío y al avión, ni el agua ni el aire consiguen limitar sus movimientos. Con la lente corrige los defectos de su cristalino y con el telescopio contempla las más remotas lejanías; merced al microscopio supera los límites de lo visible impuestos por la estructura de su retina. Con la cámara fotográfica ha creado un instrumento que fija las impresiones ópticas fugaces, servicio que el fonógrafo le rinde con las no menos fugaces impresiones auditivas, constituyendo ambos instrumentos materializaciones de su innata facultad de recordar; es decir, de su memoria. Con ayuda del teléfono oye a distancia que aun el cuento de hadas respetaría como inalcanzables. (Malestar 16)
Esto es lo que Freud ve cuando redacta El Malestar en la Cultura, las maravillas de una modernidad que el mundo acepta como buenas porque ayudan al ser humano a sobrellevar muchos de sus problemas, pero en el cuento ocurre esto y más, pues no es solo lo que pueda ayudar un teléfono-cámara, es el exceso de poder que ha adquirido el mundo al rodearse de ruidos y aparatos que nos mantiene tan comunicados que no nos permiten estar solos en realidad. El simple acto de Brock de ‘ahogar’ con una cucharada de helado francés de chocolate el radio transmisor de su auto lleva a preguntarle a psiquiatra el por qué, y él responder porque es su favorito y si era buena para el porqué no podía serlo para el equipo (Murderer 559). Esto es el acto real de un asesino, alguien que la inocencia de la explosión traumática intenta acallar (como a él mismo por el mismo medio) a la maquina llenándole ‘la boca’ (bocina auditiva) de helado. El episodio no es muy diferente del cuento en lo que he dicho hasta el momento, lo único que hay un cambio es en el helado, que cambia por una batida de chocolate que derrama sobre el equipo y hace cortocircuito. Pero el mensaje es el mismo, no solo el leer nos hace más convincente el apego al pasado que existe en el texto, pero la visualización en el televisor nos acerca más a la idea bradburiana de una revolución anti-tecnológica. El psiquiatra cuestiona a Brock el por qué él no protesto con las minorías, a lo que Brock responde que lo hizo pero no tuvo efecto ya que la mayoría amaban sus radios y comerciales, es aquí donde se muestra la verdadera capacidad de las masas cuando el psiquiatra le dice que las mayorías mandan y Brock contesta: “But they went too far. If a little music and ‘keeping in touch’ was charming, they figured a lot would be ten times as charming. I went wild! I got home to find my wife hysterical. Why? Because she had been completely out of touch with me for half a day.” (Murderer 560).
Aquí de una vez nos muestra la contrariedad que existe entre el panóptico de Foucault y la prisión de Brock, si el panóptico está diseñada para observar a los confinado, la prisión de Brock le permite estar en soledad y silencio de todo lo tecnológico, la barrera que cruza la tecnología no solo vuelve las cosas impersonales sino a los individuos que se ajustan al avance, y no el avance a ellos. Esta es la protesta de Brock, aquella cometida en la desesperación del trauma, utilizar su encierro como escape social y como medio para comunicar su mensaje, utilizar los medios tecnológicos para acabar con ellos mismos, técnica que de alguna manera me parece que Bradbury intenta llevar a cabo con el episodio y su final completamente distinto del de la historia. En la historia mientras el psiquiatra regresa a su vida cotidiana y el narrador termina el cuento con una oración repetitiva que expresa lo monótono de lo mecánico (“[…] telephone, wrist radio, intercom, telephone, wrist radio, intercom, telephone, wrist radio…” (Murderer 563). En el episodio el psiquiatra regresa a su oficina, escucha todos los sonidos como en el cuento y al final muerde su comunicador como hace Brock cuando entra a la celda y derrama una batida de chocolate en su máquina de fax. El final del episodio parece dirigirse más al mensaje general del cuento en el que con el tiempo las personas verán la razón de los excesos a los que han sucumbido, pero que se niegan como dice Brock en la cita introductoria de este ensayo. Para finalizar esta sección creo que esta cita de Foucault resume en esencia el mensaje tanto del cuento como del episodio: “[…] el condenado exhortaba a la multitud a no imitarlo jamás se está convirtiendo en una escena amenazadora en la que la multitud se ve conminada a elegir entre la barbarie de los verdugos, la injusticia de los jueces y la desdicha de los condenados vencidos hoy, pero que triunfarán un día.” (Foucault 267-268).

Bibliografía: 
1.                   *  Benjamin, Walter. Sobre Algunos Temas en Baudelaire. elaleph.com, 1999. PDF. 10 de
diciembre de 2011.

2.                      *Bradbury Ray. “The Murderer”. The Golden Apples of the Sun. New York: Harper
Collins Publishers, 2011. Libro. 10 de diciembre de 2011.

*Bradbury, Ray. The Ray Bradbury Theater. Writers: Ray Bradbury & John Philip
Dayton. Director: various directors. Alliance Atlantis & Miracle Pictures Production, 2004. DVD.

4.                      *Foucault, Michael. Vigilar y Castigar. Argentina: Siglo XXI Editores, 1976.1era
reimpresión argentina, 2002. PDF. 10 de diciembre de 2011.

  * Freud, Sigmund. El Malestar en la Cultura. Librodot.com, 2002. PDF. 11 de diciembre de
2011.
 * Freud, Sigmund. Más Allá del Principio del Placer. derridacastellano.com.ar, 2006. PDF.
11 de diciembre de 2011. 

7.                     *Monteleone, Jorge. “Baldomiro Fernández Moreno, Poeta Caminante”  Cuadernos
Hispanoamericanos. Vol. 429. (marzo 1986) p.79-82.  Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. PDF. 10 de diciembre de 2011.


lunes, 26 de marzo de 2012

Criminalidad, juventud y educación -Artículo-

Aquí está el enlace para leer el artículo en el periódico El Nuevo Día:
http://www.elnuevodia.com/columna-criminalidadjuventudyeducacion-1221745.html#.T3D3ML5b8oQ.facebook

He añadido el artículo al blog para quienes no desean utilizar el enlace.

26 de marzo de 2012

Criminalidad, juventud y educación

William Rosado Ocasio (Bachillerato en Artes con concentración en Historia de las Américas y Literatura Comparada, UPR - Río Piedras)
Puerto Rico sufre muchos males en los últimos años. La criminalidad incrementa mientras que el sentido común disminuye en las esferas políticas del País. Cuando un individuo opta por representar los intereses del pueblo no sólo debe preocuparse de uno de los problemas del todo, sino que debe atacarlos a todos por igual.

Pero los líderes gubernamentales y quienes buscan el poder, se quedan cortos en el fuero público, en el que tanto se expresan con discursos floridos tratando simplemente de alargar su carrera política y de asegurar el porvenir de sus intereses individuales.

Se acusa constantemente a la juventud de haberse torcido al llegar a las encrucijadas de la vida. Pero, ¿acaso no es el gobierno el que tiene no sólo el poder, sino también el deber de reparar las fallas en el sistema y las faltas a la Ley?

Un ejemplo es el área de la seguridad. Se habla mucho de involucrar a la comunidad para el esclarecimiento de crímenes. Se hacen campañas en todos los medios para activar lo que pareciera ser un deber cívico en la población amenazada, no sólo por los criminales, sino también por la ineficiencia en la seguridad de las calles. Día a día se encuentra patrullas en puntos específicos deteniendo a conductores para ver si pueden encontrar una falta que sea merecedora de una multa; mientras tanto las noches son tranquilas en este punto. De día es como un enorme hormiguero abarrotado de infracciones en la carretera, en la noche son las víctimas de los crímenes las que pagan la falta de agentes para vigilar en áreas peligrosas.

El gobierno actual ha prometido demasiado y ha cumplido pobremente con sus promesas; habla de cifras y gráficas como si estas fueran suficientes para atajar los baños de sangre que vemos a diario en calles y comunidades. Cuando los puertorriqueños observan un crimen, ven que fue cometido por alguien joven o que la víctima es alguien joven. Ahora la pregunta es si es correcto pensar que la juventud es la culpable, o son las generaciones anteriores que tuvieron demasiadas faltas, cuyos efectos se reflejan en el presente.

El próximo gobierno debería invertir más en mejorar el sistema educativo, el cual tiene tantas carencias como el sistema de justicia, pues personas bien educadas no sólo tienen más ventajas en el mundo laboral sino también en la reconstrucción de una sociedad que hoy día parece un gigante que ha resbalado y ha perdido varios dientes en el impacto.

La educación es la clave para mejorar, y no debe ser sólo un tema para hablar en campaña y pasar el problema a la próxima administración.  

sábado, 24 de marzo de 2012

Las Luces del Bosque -Cuento-


Aun recuerdo la primera vez que entré al bosque. La luz penetraba en ciertos puntos, creando círculos perfectos. En el bosque no habitaba ninguna criatura. Desde que mi familia y yo habíamos llegado al pueblo había notado que el bosque no era parte esencial de los habitantes. Invitaba a los niños del pueblo a jugar al bosque a las escondidas, pero todos negaban con alguna excusa. Sus rostros cambiaron al mencionar la palabra bosque. Sus cuencas se abrieron y sus pupilas se contrajeron, reflejaban miedo e inseguridad.

A muchos de los adultos les pregunté el por qué los niños no querían jugar conmigo en el bosque, pero sus rostros eran semejantes a los de sus hijos. Ni siquiera se dignaban en contestarme y luego me hacían una mueca de desaprobación. Este era el pueblo más extraño en que había estado, todos le temían al bosque, pero ¿por qué? Me adentré nuevamente en el bosque como la primera vez, solo, sin miedo, con la esperanza de descubrir la razón del miedo de toda una comunidad que de por sí vivían en medio de un bosque.    

Caminé por media hora entre la maleza y el follaje que comenzaba a tomar un color amarillo por el cambio de estación. Las copas de los árboles eran muy altas y su grosor cuenta su historia y edad, estos eran posiblemente los habitantes más antiguos de la región. Llegué a uno de los claros del bosque y vi que el sol en su posición hacia un círculo más alargado hacia el sur. Deje ese claro y caminé otro rato y me encontré en otro de los claros y la posición de este también era distinta. Por una hora y media di vueltas en el bosque y encontré siete claros en total. Cuando el sol comenzaba a alejarse hacia el horizonte el claro en que me encontraba quedó en penumbra, más parecía un agujero negro que un espacio vacío. Escuché al viento soplar con fuerza, mecer las copas de los árboles y barrer las hojas del piso a donde me encontraba de pie. Fue en ese instante en que escuché un sonido que me dejo inmóvil por unos segundos, y cuando pude moverme, me alejé del claro que se había vuelto oscuro.

Fue del oscuro que una figura de unos cinco pies y medio, con cabello corto y oscuro como el ébano, con piel tan clara como el mármol y los ojos tan rojos como la sangre, se aproximó hacia mí. Esta figura venía vestida de una forma muy peculiar, con una gabardina al estilo de los jeans negro y un traje que parecía provenir del siglo XVIII. La figura, o el hombre, como puede apreciar mientras se aproximaba, tenía una sonrisa amable en la que mostraba sus dientes tan claros que pudieron haber sido transparentes. Por su apariencia y porte deduje que no debía tener menos de quince años ni más de veinte. Caminó y… ¿desapareció en el aire? No podía creerlo y dije en voz alta –¿acaso será un fantasma?

-Sería fácil decir que soy un fantasma- dijo una voz detrás de mí con la letra S muy pronunciada como el sonido que emite una serpiente.

Me di la vuelta y vi que se encontraba recostado de uno de los árboles y sus penetrantes ojos rojos me observaban con malicia, me observaban como sí supiera todo lo que yo sabía. Levantó una mano y me indicó que me acercara, pero yo no lo hice y le pregunté -¿quién eres tú?

Me mostró sus dientes y escupió unas leves carcajadas que no me esperaba, se pasó la mano por el cabello y me dijo –¿enserio quieres saber quien soy?

-Si- le contesté.

-Muy bien, si eso es lo que quieres… ven conmigo-. Me extendió su mano y sin pensarlo la tomé. Su piel era suave, pero fría como hielo y sus uñas brillaban como los diamantes pulidos. Me llevó al oscuro, cerré los ojos sin saber que me ocurriría. En un instante nos detuvimos, y él me dijo –abre los ojos y observa la realidad del mundo.

Abrí los ojos y vi que estábamos sobre una montaña observando un valle, un hermoso y verde valle que era iluminado por el sol. Era el más bello espectáculo que mis jóvenes ojos apreciaran jamás. Dejé de mirar el paisaje y miré al joven de los ojos rojos, y él me miró a mí, y le pregunté -¿Qué lugar es este? nunca lo había visto.

-No, no, no. Si lo has visto, y vives aquí, pero tu pueblo, tu gente lo ha reducido a una milésima de lo que una vez fue. Los árboles, las colinas, las montañas, el lago. Todo fue reducido a una ciudad de criaturas que no viven en una tierra real.

-¿A que te refieres?

-A que los humanos han decidido crear sus propios entornos, a destruir los entornos que no se adaptan a ellos. Es por esto que la tierra ha decidido hacer una revolución, es por esto que tú estas aquí.

-¿Quién eres tú?

-Yo soy la voz de quien nunca es escuchada, el grito que hace décadas fue encerrado en las profundidades de la oscuridad, y tú, inconsciente y curioso has abierto la puerta. Tú, has cruzado los siete claros que son oscuros. Tú, has roto la maldición que los humanos han depositado en la tierra.

-Y ¿Qué eres tú?

-Yo fui creado por la tierra. Mi piel es del mármol más blanco de la tierra, mis uñas son de diamantes extraídos de las profundidades de la tierra, y mis ojos son magma hirviendo del nucleo del planeta. Tengo la apariencia de un humano, pero no lo soy, yo soy la esencia de la tierra, y ha llegado el momento de cobrarle a la humanidad todo lo que me ha arrebatado.

Estaba aterrado con las palabras de ese ser. ¿Pensara destruir a la humanidad? no lo sabía. Solo pensé en cerrar los ojos y echarme a llorar como lo que era, un niño. El ser se aproximó a mí y me rodeó con un brazo y me dijo -¿por qué lloras? Si no todo esta perdido.

-¿Piensas destruir a los humanos?- le pregunté sollozo.

-Y ¿por qué he dejarlos vivir? Dame una razón.

-No tengo nada que pruebe que hacen el bien. Pero siempre me han hablado de la misericordia. ¿No podrías ser tu misericordioso y darnos otra oportunidad?

-Misericordia es algo que siempre he tenido, los he perdonado una y otra vez, pero no aprenden la lección. Los he azotado con plagas, huracanes, tornados, terremotos, sequías y muchas más; y ¿qué han aprendido? Nada. Continúan con sus plagas personales y el odio mutuo.

-Entonces tú tienes la respuesta a tu pregunta.

-¿A que te refieres?

-Si el hombre se ha destruido solo, quiere decir que lo que queda sobre la tierra son los vestigios de una civilización que ya esta condenada a muerte.

-Sabes, tienes razón. Pero aun de entre esas ruinas puede resurgir la humanidad con más fuerza y acabar incluso conmigo-. Me observó con sus profundos ojos rojos, suspiró y me dijo –regresemos-. Me tomó de la mano, cerré los ojos como la vez anterior y me deje llevar por su fría mano de mármol.

Cuando me dijo que abriera los ojos lo hice, y note que estábamos al borde del bosque, y la noche ya había caído como un manto sobre el sol. El ser aun sostenía mi mano, no se sentía incomodo, pues era una figura hermosa y emanaba confianza y rectitud. Noté que toda la ciudad estaba más alumbrada de lo normal. Nos acercamos al borde de la ciudad y todos sus habitantes corrían de un lado para otro como si se estuvieran sofocando. Unos yacían en el suelo, inmóviles y otros aun tenían movimiento. Angustia, dolor, sufrimiento. Era lo que veía y sentía.

-¿Por qué haces esto?- le pregunte gritando.

Con una sonrisa en su rostro y una carcajada me contestó – esto no es obra mía, pequeño. Tu gente ha causado este desastre. Remplazaron el oxigeno por gases venenosos, la brisa fresca por el calentamiento global. Tal como tú dijiste, yo no tengo que deshacerme de tu especie, ellos por sí solo lo hacen. Vamos, continuemos. Cierra los ojos.

Yo le obedecí y los cerré. Comenzó a caminar y yo continuaba de su mano. Era como caminar en el vacío, no fue hasta ese momento en que lo noté. Caminamos un poco más y nos detuvimos.

-Abre los ojos- me dijo.

Los abrí lentamente y vi algo inesperado. Arena, ventiscas, calor, el sol aferrándose a mí piel como una alimaña. Nos encontrábamos en un desierto.

-¿En donde estamos ahora?- pregunté.

-En el mismo lugar de hacen muchos siglo, el valle donde habitas. Esto es lo que ocurrió conmigo, en esto me convertiré. En tierra estéril, sin vida, en una enorme ventisca que arropó los vestigios de la humanidad que causó este desastre. No encontraras en ninguna parte del mundo a un solo ser vivo. La tierras se ha reducido a porciones mínimas, y más del noventa por ciento del mundo es agua salada que hierve como un volcán en erupción-. Sus ojos miraban a lo lejos el desértico paisaje.

-¿No hay algo que se pueda hacer?

-¿De qué depende el mundo? ¿Hacen faltas cientos de cambios para que todo sea diferente? No, con un solo basta. Con uno solo, esto jamás llegará a ser real-. Bajó su mirada hacia mí, y me sonríe como solía hacerlo. El mundo entero me sonreía, y yo le sonreía al mundo entero. –Volvamos a casa-. Me tendió su mano, la tomé y esta vez el vacío había desaparecido, y un camino empedrado se hizo real en un bosque magnifico nacido de la nada.

Caminamos hasta salir del oscuro, pero al mirarlo nuevamente ya no era oscuro, era un claro. El ser me llevó hasta el borde del bosque y me soltó la mano, iba a correr hasta mi casa pero él me dijo –espera, antes de que te vayas quiero pedirte un favor-. Se acercó a mí y me dijo –sabes lo que hará tu especie en el mundo, sabes que los he perdonado porque tú me lo pediste, pero ahora tu cargaras con el peso del mundo, y quiero darte una ayuda- introdujo una mano en su gabardina y extrajo una bolsa de terciopelo roja con una cuerda dorada que la mantenía cerrada –en esta bolsa encontraras semillas, ve por toda la ciudad y riégalas. Y además, toma esto- alargó una mano y se arrancó las cinco uñas de diamante –con esto, espera a ser mayor y compra este valle, y hazlo renacer como el ave fénix.

-Así lo haré- le dije, y mire sus ojos rojos y sus dientes casi transparente que se apreciaban en su sonrisa. Cuando se dio la vuelta para marcharse le pregunté -¿tienes nombre?

Sin darse la vuelta escuché una carcajada y me dijo –Tellus- aguardó unos segundos y dijo – nos veremos, Arbor- y caminó por el bosque hasta perderse en la espesura.

Los años han sido largos, casi tan largos como la vida de un árbol.

Esparcí todas las semillas por la ciudad, y a la mañana siguiente al despertar todo estaba forrado de verde, árboles que parecían tener más de cien años, enredaderas que se aferraban en las casas, flores silvestres que llenaban de color las calles. La gente del pueblo supo que yo había hecho eso, que yo había entrado al bosque del que ellos no hablaban, había visto al demonio en persona, el demonio de ojos rojos. Entonces supe, que temían por sus vidas, temían que yo fuera ese ser de ojos rojos.

No fue hasta que los otros niños señalaban el camino por el que transitaba que me di cuenta que a mi paso en el suelo los capullos abrían y la grama seca volvía a la vida, y supe que la gente del pueblo tenia razón, yo me había convertido en ese ser de ojos rojos, ahora era parte de la esencia de la tierra, y era uno con ella.

Con los años comprendí que ese era mi destino, hacer la diferencia en el mundo, mostrarle a la raza humana que su vida es corta, que vivimos entre niebla espesa, y que el momento ha llegado para que el sol ilumine la mente humana. Ahora camino por las calles, y a mi paso el mundo florece, he restaurado el valle, he hecho que las luces del bosque brillen otra vez. Pero esto es tan sólo mi parte de la historia, una fracción de la historia de la humanidad. Y aunque nunca he vuelto a hablar con Tellus debes en cuando mientras transito por algún camino muy concurrido veo a un hombre tan blanco como el mármol, con cabello oscuro y ojos rojos, sonreír a su paso, como sí todo en la Tierra fuera diferente.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Evanescence: a Haiku -Poetry-

The skylight clouds wash

the mist of the world darkness

evanescence dream

Chocolate Almond Cake -Poetry-

For this little enterprise
you will chop rock almonds
and cut chocolate stars.

You will mix eggs, flour,
sparkling sugar crystals,
milk that spills over the batter,
and melted stars in exotic rum.

You will heat it at 350 grades
over the melted center of the earth
that stands in your kitchen.

Then you will cover it all over again
with a coat of chocolate and almond glace,
sparkling, sponge, magical, superb…
Fluffy clouds that in your mouth melts.

You can make the experience more heavenly
By putting a ball of snowy vanilla cream
To the left of this special rocky fudge delicate,
Where every humani, any race and all creation
Can enjoy the devilish sensation of creamy flavors.

And so, to every humani,
any race and all creation;
I will give you a stellar blessing:
“Bon appetite, buen provecho,
Enjoy this little piece of perfection.”
Cake by William Rosado Ocasio / Photo by Steph Soto

Morfeo -Poesía-

Morfeo,

señor de los sueños

me veo reflejado

y no comprendo

porque soy tan distinto

a lo que veo desde adentro.

lunes, 19 de marzo de 2012

Cannon-Ball Tree -Poesía-

(Este poema nació como idea del árbol "Bala de cañon" detras del Centro de Estudiantes en la UPR de Río Piedras, y motivavo por el Prof. Michael Sharp.)

(Versión en español.)
Por: Nerivaliz Villafañe Colón & William Rosado Ocasio



Árbol que me inspira en una tarde

de calor,

un rápido resplandor

en mi corazón arde

y cuando camino

y lo miro

me enamoro de su boca,

blanca flor de pétalos rosas,

que en un minuto me provoca.




La magia del momento


en una flor que nace,


como anemonas de colores vivaces


que de dulces aromas


llenan mis sentidos,


llevándose con sigue a alguien viejo


y dejando atrás a un nuevo ser que nace


de entre los pétalos crepusculares


que se marchitan en las manos del viento.

domingo, 18 de marzo de 2012

¿Es Indispensable la Política para Gobernar el Caos? -Ensayo-


Cuando llega un día como el de las primarias de un país y vemos que la mayoría de los que se encaminan a votar por sus candidatos de preferencias son las personas de la tercera edad y las de mediana edad debe de existir un grave problema. Es bien sabido que la política es el deporte oficial de los puertorriqueño, pero en el comienzo de la nueva década de 2010 a 2020 ¿Será posible que las nuevas generaciones se alejen de las costumbre de sus antepasados? Con toda certeza (ya que me considero uno más en este grupo) puedo responder que sí; ya no existe aquella ilusión completamente cegadora de las campañas de Muñoz Marín, ni de Ferré, Hernández Colón, Romero Barceló o Roselló. Con lo último me refiero a la parafernalia de sus campañas políticas, la comunión entre seguidores de un mismo partido como si fuese un culto religioso.

 Vivimos en un mundo que se ha alejado de todo eso y que ahora habita en las redes sociales sobre los escritorios. Otro punto es la carisma de los candidatos (algunos con delirios hitlerianos de convertir a esta pobre isla en el próximo Haití del Caribe a nivel de pobreza y erradicar el pensamiento independiente de cada ciudadano con los delirios de dictador de nuestros “líderes”) y el hastío del constante engaño de los gobernantes. Posiblemente la mayoría de la población de las pasadas generaciones se recuestan demasiado de que sus líderes tomen todas las decisiones (pues para eso fueron electos por el pueblo), pero llega el momento de la próxima elección y elegimos a un candidato peor por castigar al que se encuentra en el poder que no ha servido para nada. ¿Qué clase de elección toman los electores? Es como el perro que brinca de un agujero a otro; no hay forma de escape sencilla en la elección de un candidato, la ineptitud es la ineptitud y esta no es candidata idónea para gobernar el Caos de Puerto Rico. Se estanca la respuesta entre azules y rojos porque han sido los más que han durado dentro del marco histórico del país; esto es casi racista si lo vemos desde otra perspectiva, un racismo casi tan ominoso como el de blancos y negros y con repercusiones igual de dañinas. Esta posiblemente es una de las causas de que las nuevas generaciones no se ven tan involucradas como las pasadas.

Tal vez existe un aire de orden en el caos que se fortalece lentamente en las mentes de los que estamos y solo esperamos que llegue el momento de destronar a los poderosos y decadentes capitalistas con delirios de aristocracia renacentista italiana. Para terminar con esta reflexión retorno a la pregunta del título: ¿Es indispensable la política para gobernar el Caos? La respuesta es compleja y varía de situación en situación, pero en general la política solo como método de promoción ha perdido auge, ya el candidato no se vale de esta demasiado. El nuevo método es la imagen pública en la prensa y el estribillo constante cada vez que se expresan de sus acciones. Ahora, más tarde, el futuro dentro de diez o veinte años tal vez lleve al movimiento político a una respuesta clara sobre su estrategia repetitiva de apuñalar para ganar, tal vez nos deleiten con conspiraciones novelescas como Agatha Christie o Sir Arthur Conan Doyle, tal vez la tecnología avance lo suficiente para esperar que la ciencia ficción se encargue del resto, pero de no serlo: ¿Estará la presente generación lista para borrar los graves errores del pasado, o vivirá el ejemplo como una enfermedad genética mientras continúe el mismo modelo social?

Mejor, trabajemos desde ahora para la cura social de este Caos.          

sábado, 17 de marzo de 2012

Rain & Bliss -Poetry-

By: William Rosado Ocasio & Nerivaliz Villafañe Colón

It rains over the dark world
Purple roses of transparent steam
That sprinkle over the wet faces
With a green substance that cause the bliss.

Rain in my eyes
When you don’t see behind the lies
The sun in my heart
That shines for you.

The wind is dragging it
To the most remote places in the universe
Cluster of the no-mind of the animal
That move between the feet of men.

Lost hero of water
Lost hero of wind
Lost hero of darkness
that lives within me

Monster of the night
That runs inside the mind
Of the mistress of the darkness
That washes in rain the bloodied hands of a martyr.

Mistress, oh mistress, with the red rain you’ve gone
with the red heart I gave you
with the voice of my song
Mistress, oh dark cat of a mistress, dancing panther of my soul!

Rain in everyplace that the darkness takes home
Eating up the dream of humans, eating up our lightly souls
That sleeps in the belly of a dormant lion
Where the dark desires consume the lust of ambiguous corpses.

Ambiguous life and heaven that fills me
Ambiguous dream that's eaten, oh no
leaving me empty of rain to fall
leaving me nothing and nothing at all

Oh, windows that comes to the door
To say goodbye to the masters of unknown,
Angels that blow the winds of the north
And fill my mind with heroes that I don’t know…

Angels and demons
Demons with angels
Angels the heroes
Of devils from rainstorms.

Things that happen in a winter’s night,
Holidays of the summer’s chanting voices:
Rain that becomes hero of humanity,
Bliss that consume the void and the noises.

viernes, 16 de marzo de 2012

Blooded Sword -Poetry-


Poetry and Photo by William Rosado Ocasio

Twisted Crown -Poetry-

        ◊                                                          
                          I                                            Wish                                                 the
 
                       Sir                                             in the                                                title
 
                       of all                                        legends                                       that pass
 
                      from the                              dark times in                             their darkest
 
                      Hour where the myth became realities for the inhabitants of the islands
 
                       Above the cruel oceans of despair that wash away the hundred years
 
                         Of wars and spill blood from children that try to escape from the
 
                          Abomination of a sword that cuts the sand pillar and sculptures
 
                            From the roots of the ancient tree of death that lies in a valley
 
                            Of green meadow guarded by the old giant serpent and wolf
 
                             A vile crown cursed for eternity by the action of his owner
             

miércoles, 14 de marzo de 2012

La Selva de las Puertas -Cuento-

Mientras el viajero caminaba a la orilla del río negro, pensó en el final de su travesía en la oscura selva. Durante un año había vivido en esta tierra salvaje de inminentes lluvias y veredas infinitas, la espesura y la niebla eran tan densas como una cortina. El alimento era tan escaso como la seguridad de una noche sin disturbios. Caminó a todo lo largo del río hasta llegar a una cascada, pero esta no era cualquier cascada, pues el agua no llegaba hasta el fondo, sino que subía hasta el cielo hasta perderse de vista. Esta selva tampoco era común, pues el árbol más pequeño medía cinco mil pies y las hojas cambiaban de color dependiendo la hora del día. También las rocas eran muy extrañas, una simple roca podría hacer a cualquiera rico. En cambio había diamantes, los cuales para la gente no tenían ningún valor.

Unos pies antes de subir la cascada, había una roca hueca en la que había una puerta de cristal pulido en un umbral de oro labrado. No era muy común encontrar puertas a través de esta selva, no por nada le llamaban la Selva de las Puertas. Por cualquier rincón se podía apreciar una puerta de madera podrida o de metal corroído. Una puerta lleva a la otra y otra a la otra, nunca se sabe en que parte de la selva pudieras terminar. Pero esta puerta no era igual a las otras, no existía una puerta tan bella y esplendida en todo el planeta Arreit.

El viajero comenzó a recoger diamantes de las orillas y los lanzó al agua, recogió pedazos de madera y los colocó sobre la pequeña pila de rocas, y como lo había planeado tenía un puente hasta la roca hueca. Cruzó con cautela, paso a paso para no caer en las aguas negras del río que llega hasta el infinito, un río que desemboca por el millar de universos que albergan vida de todas formas y colores. El viajero llegó hasta la roca y saltó y cayó firme. Observó de cerca y con cautela la puerta, analizó cada pliegue y labrado de oro y cristal. Tenía un globo con porciones superficiales y criaturas parecidas a él, pero distintas, pues al observar de cerca el labrado pudo apreciar que las imágenes tenían color y una forma definida como los daguerrotipos. Los ojos de esas criaturas eran de muchos colores distintos, sus cuerpos eran de distintos colores, sus portes y figuras eran todas distintas, pero guardaban un parecido con su pueblo.

Dejó de mirar la puerta y volvió a apreciar su entorno, uno muy siniestro y a la vez muy bello, pues guardaba uno de los grandes misterios del universo. Volvió a darse la vuelta hacia la puerta y esta vez se llevó una sorpresa, pues una figura extraña se encontraba de pie justo en frente de la puerta. Una figura cubierta con una fina película de musgo verde, un cabello tan enredado como las lianas de los monumentales árboles, unas uñas de una materia desconocida y una piel tan oscura como el suelo subterráneo de los poblados de su gente. Su forma parecía la de una mujer.

La figura acercó su rostro hasta tenerlo muy cerca al del viajero, y este pudo apreciar su olor a humedad y barro. El cabello de la mujer rozó su rostro y sintió la aspereza de las lianas, y el suave cosquilleo de las diminutas hojas.

-¿Quién eres tú?- preguntó el viajero.

-Yo soy una náyade del río negro. Guardiana de la puerta de cristal y oro.

-¿Qué hay tras esa puerta?

-Hay un mundo muy distinto, pero al mismo tiempo muy parecido. Un mundo que vive en tinieblas y sombras que asesinan sin compasión a aquel que se oponga a las criaturas que gobiernan esas planicies y montañas. En ese mundo el sol brilla mucho más que este, el agua de los ríos es cristalina, y esas rocas brillantes que hay por todo el río valen más que ese líquido preciado que trae vitalidad a todos los seres que habitan el planeta. Allá los árboles no son tan inmensos como estos, pero la luz refleja todo los colores y hacen que se vean tan verdes como los trajes que ustedes suelen usar.

-Suena demasiado bonito para ser tan horrible como comienzas describiéndolo.

-Es cierto, es un mundo muy hermoso, pero los seres destructores que habitan allí, lo reducen a cenizas, y todo lo que una vez fue, se perderá en las espesas nieblas evanescentes.

-¿Por qué me cuentas todo esto? ¿Qué tiene que ver eso conmigo?

-Tu gente no es cualquier raza, pues ustedes provienen de ese mismo lugar de belleza radiante. Pero su origen no es el mismo que el de los destructores. Usted nacieron del suelo, usted son el suelo, ustedes son la esencia del planeta Tierra.

-Y sí provenimos de ese planeta Tierra, ¿Qué hacemos aquí?

- Esa es una contestación que debes aprenderla por ti mismo. Tú deberás cruzar la puerta y, lograr convencer a los destructores, de todo el mal que hacen. Tú, viajero, eres el único que puede abrir los ojos de la humanidad.

El viajero observó con curiosidad a la náyade, mientras esta le sonreía de manera amable y carismática. La náyade se hizo a un lado de la puerta y le dijo –es tiempo de que cruces el umbral y confrontes a la humanidad. Es tiempo de que dejes la selva de las puertas, y te adentres al laberinto de la mente y del mundo.

El viajero encontró los ojos de la náyade y los observó fijamente y ella los de él. Él observaba sus profundos ojos negros, y ella observó los profundos ojos rojos del viajero. Ambos sonrieron al unísono, y se tendieron las manos al mismo tiempo. La náyade tomó la perilla perfectamente tallada como un hexágono y la giró lentamente. Abrió la puerta y un resplandor provino del otro lado de la puerta, cegando por unos instantes al viajero. Caminó hasta el otro lado, cruzó del planeta Arreit al planeta Tierra, cruzó de un viaje a otro, cruzó al más peligro de los destinos; convencer a la humanidad de que la vida vale la pena.


* * *


Todo era tal como lo había descrito la náyade, un mundo de hermosos colores formas, con un parecido al mundo en donde había vivido por muchas décadas. Y es en este mundo, en este paraíso multicolores que encontraría la perdición, aunque también la redención. Y es aquí donde se va a encaminar a un poblado de criaturas muy parecidas a él, pero a la vez muy distintas.

Era un poblado muy antiguo y rural, su vida la habían pasado entre bosques y valles; eran capaces de todo, incluso hasta de matar por lo que no aceptaban.

El viajero se acercó al pueblo y los habitantes lo observaron incrédulos, vieron entrar al demonio a su propio territorio. El viajero comenzó un discurso acerca del mal que ellos causaban a su propio mundo, pero ninguno lo escuchaba, todo preparaban a escondidas una gran hoguera en donde encender al demonio en llamas. Cuando estuvo lista todos se acercaron al viajero y lo tomaron entre todos, lo amarraron al poste de madera y lo insultaron, escupieron y hasta apedrearon. Pero nada hizo que el viajero dejara de hablarles. Ni siquiera el fuego pudo consumir su piel de mármol blanca y reluciente, y todo el pueblo decidió llevarlo al bosque maldito del que había salido.

Al internarse al bosque con el viajero en manos, se dieron cuenta de algo inusual, los lugares donde una vez hubieron claros, se habían tornado oscuros como el carbón, pensaron que de hay provenía el demonio y lo lanzaron sin piedad, viviendo para siempre con el miedo de un demonio de ojos rojos y piel de mármol.


* * *


El viajero, se encontró en una tierra oscura, donde no había nada que produjera un haz de luz potente. Por suerte, sus ojos rojos le permitían ver en la oscuridad y pudo apreciar que se encontraba en una selva, era muy parecida a la de su planeta, pero esta era muy diferente, pues los árboles no eran tan altos como los de su planeta y las puertas que había estaban destruidas. El río estaba seco, y detrás de él había una puerta similar a la que había sobre la roca del río en su mundo.

-¿Qué es este lugar?- se preguntó el viajero.

-Este, mi querido viajero es tu mundo. Alguna vez fue pacifico y hermoso, pero al igual que el mundo de los humanos tu raza se corrompió por la codicia y este fue el precio que pagaron. Esas es la respuesta a una tus pregunta- dijo la náyade del río negro.

-¿Cuál de todas?

La náyade se acercó al viajero e imitando su voz le dijo –y sí provenimos de ese planeta Tierra, ¿qué hacemos aquí?

-No comprendo.

-No tienes que comprenderlo, sólo vívelo. Espera unos minutos, la puerta volverá ha abrirse, y desde ese instante serás bienvenido por siempre. Nadie podrá echarte de allí, sólo aquel que te dejo entrar podrá hacerlo.

-Pero no se como convencer a los humanos de todo el mal que hacen. Ya lo intenté una vez y no lo logré.

-Si fallas sigue intentándolo, si te caes levántate. Nada es imposible. Usa tu encanto, tus habilidades. Para tu gente no era nada fuera de lo normal, pero para ellos será el acto más extraño, terrorífico y fantástico de todos.

-Muy bien, creo que volveré a intentarlo.

-Bien. Demuestra que la raza de los Terraignus no son solo figuras de mármol.

-Lo haré-. El viajero vio la puerta abrirse y corrió hacia ella sin detenerse. La náyade había desaparecido. Y solo era posible ver la selva de las puertas por una fracción de segundos a través del oscuro.

martes, 13 de marzo de 2012

Campos Macabros -Poesía-

Se siembran campos marchitos de girasoles
en un valle en medio del desierto,
lugar oculto, reducido y comprimido
por el polvo negro que esparce la noche.

Escucho en el susurro del viento
un gemido… Un fuerte alarido
que desgarra las sábanas
de una orgullosa criatura
que muerde con dientes de cristal quebrado.

Desangran la cabeza de un cordero
para hacer la fiesta de un averno decadente,
con demonios que han devorado la tierra,
hasta las viseras de sus hijos.

Alza al firmamento un cuervo desplumado
tributo a las negras nubes de lo incierto,
porque el viento, pronto esparcirá los huesos
en mis campos cegados por hombres sin manos.

Y las cabezas que se mecen entre los picos
empalando el cultivo de cerezos amarillos
y las siembras de manzanos sin semillas
para dar de comer la pulpa de la mentira.

Donde todo el que miente es ángel altivo
con alas de plata que atraen al cautivo cerebro
de todo el mundo, campo de hastío,
campo de humillados, campo de silencio enajenado.

Voces que se alzan entre la maleza
como conejos saltando en las praderas,
donde se cultivan cuerpos disecados
de humanos que perdieron sus cabezas.

Pares de insectos que se mueven
entre los caminos de una cereza
medio mordida entre los labios imaginarios
de una quimera que custodia,
los macabros campos dentro de la cabeza.

Anglicismo -Poesía-

Mientras los hamburgers existan,
Y los parkings no se acaben,
Habrá niveles de conocimiento,
Como vidrios escarchados.

El sandwich de un recuerdo,
Que guardé en el freezer,
Las palabras que recuerdo,
De mi viaje al occidente.

Los Hello, How are you?
Espero que estés bien,
I have come to go away
Para siempre, querida, for ever
Or at least for a time.

No puede ser,
Mi amada, my darling,
I have forgotten my roots,
Mi darling se ha distorsionado
Pero pienso repararlo.

He regresado a casa al fin,
He vuelto a renacer,
He dejado de ser infiel,
Solo para mi eres la única.

Ni las hamburguesas,
Ni los estacionamientos,
Ni los emparedados,
Ni el congelador,

Ni los saludos,
Ni mi amor,
Volverán a ser empañados,
Porque tú, eres única.

El Candelabro -Poesía-

          Inspirado en el musical de Broadway “The Phantom of the Opera”
          de Andrew Lloyd Webber.

Asciende hacia el cielorraso el pasado,
el dolor y el desencantado fantasma
de una inmortalizado candelabro
iluminado por recuerdos e imágenes
que no se han olvidado entre el polvo y el engaño.

En medio del escenario se alza la sombra
de un recuerdo oculto entre músicas nocturnas
y ángeles de piedra labrados en las cornisas
de una casa de innumerable dicha
y cientos de efímeras maldiciones.

Se alza la voz de un ángel de la música
mientras en las profundidades se escucha
el lamento de un demonio de la noche
consumido por el odio y el miedo
de ser algo más que un simple maestro del engaño.


Sobre el mundo, sobre el hombre
una luz envuelta en oro, derramado por las palabras
que se dijeron, y al final solo fueron poco más
que fragmentos de la música de la noche
escondidos en los remanentes de un viejo candelabro, desciende.

lunes, 12 de marzo de 2012

El Respiradero -Cuento-

Este cuento es parte de la antología de cuentos El Ático Subterráneo y otros cuentos, disponible en Amazon para todo el mundo. Si te agrada este cuentos toma el tiempo de decidir si quieres conocer otras historias de fantasía y ciencia-ficción.

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-El aire era completamente raro por todas partes y el calor sofocante no ayudaba a calmar el desespero colectivo de la población que constantemente le exigían sus gobiernos una mejor calidad de aire para llevar un ritmo normal, lo que de esa forma aumentaría su productividad en las súper ciudades sobrepobladas de seres humanos.  Afortunadamente  los gobiernos habían legislado e impuesto leyes que controlan la natalidad, ya que el aumento de la población había supuesto un aumento en las áreas de vivienda, lo que concluye en la destrucción masiva de los bosques, junglas, selvas tropicales, sabanas, desiertos, y hasta arrecifes en los que se construyen enormes condominios de lujo donde habitan los propios legisladores, gobernantes y aristócratas contemporáneos ansiosos por cazar ballenas, práctica que se volvió legal cuando la mayoría de los mamíferos y ovíparos perdieron sus hábitat y produjeron la extinción en masa de cientos de especies comunes. Todo el mundo está cubierto por una sábana gris de dióxido de carbono de los automóviles a base de los últimos abastos de petróleo. Y es así como comienza el final…

El anciano hizo una pausa. Tomó de la mesa una taza rota de té, y la llevó a sus arrugados labios mientras sus pequeños ojos intentaban observar el remanente de lo que parecían hojas molidas colarse hacia su boca. El otro hombre frente a él lo observaba con una fascinación casi inocente mientras jugueteaba con el exceso de hojas molidas que había sobre la cuchara agujereada con una mano. Con la otra mano se arreglaba de vez en cuando la mascarilla de oxigeno por su problema pulmonar. Observaba constantemente el costoso reloj de pulsera hecho en oro con incrustaciones de distintos diamantes y distintos trozos de madera de arboles extintos.

-Es una historia fascinante- le dice el hombre con simpatía, -pero mi interés es la preciosa posesión que usted oculta tan celosamente del mundo entero. Esa enorme arquitectura creada por la fallecida madre naturaleza. Ese ostentoso y verde árbol que le brinda aire puro a su persona sin necesidad de utilizar uno de nuestros respiradores.

El anciano soltó una tenue carcajada mientras colocaba sobre la mesa la taza vacía. –¿Una historia fascinante? Si, tal vez. Pero muy cierta también. El mundo continúa girando sin necesidad de sus verdes pulmones; la tierra ya no es tierra, es lodo radioactivo, desechos tóxicos, pequeños manojos de cianuro que al simple tacto quema las huellas dactilares de las manos. ¿Usted pretende que yo le muestra el vestigio de la decadencia? ¿Quiere conocer los últimos latidos de este mundo?

El hombre sin pensarlo y cambiando su mirada por una de deseo respondió –Si, deseo ver el último árbol de este planeta.

-¿Está usted tan seguro de que tal árbol existe? ¿Cómo no dudar de la veracidad de las palabras sin evidencia suficiente? ¿Cómo creer un chisme que se ha regado como la pólvora con tanta facilidad?

El hombre no dijo ni una palabra, solo levantó su mano derecha con gesto firme y señaló el respiradero que conecta a todos los hogares, y edificios del país para respirar un solo aire, el aire de la compañía del mismo hombre que señalaba la marca de su poder sobre la humanidad.

-¿El respiradero? La infernal máquina que zumba sin cesar, es peor que el tic tac constante que escucho. No amigo mío, no necesito de aire para respirar, ni alimento para comer, si luz para vivir ni agua para no morir de sed…

El anciano se mantuvo en silencio unos segundos y continuó hablando- Este no es el mismo planeta de hace cien generaciones atrás. Ya nada es verde, todo es gris y negro, lo verde se convierte en exótico para las personas como usted. El árbol que busca es una metáfora de la vida perdida, de aquella nimia inocencia que mantenía el balance entre lo que es correcto y lo que es verdad. Mírese a usted, un hombre a la mitad de su vida con problemas respiratorios que lo obligan a vivir conectado a una maquina con miedo a un pequeño cambio en la energía de la batería que en estos momentos sustenta su sistema. ¿Será la batería lo suficientemente nuevo? ¿Estará demasiado usada como para sostener todo el tiempo que he perdido hablando con este anciano? Muchas cosas se preguntan los humanos sobre el origen y significado de la vida, muchos persiguen la eternidad de las palabras vacías para encontrar que todo era un espejismo de la belleza del lenguaje… Eternidad, que hermosa palabra, tan hermosa que ha decorado mi última oración como un árbol. La estética del leguaje que ya no existe en este tiempo, en este instante. Todos van directo al grano, por eso ya no se imprimen novela sino manuales de uso, ya no se escriben cuentos sino memorandos constantes, no se redactan poemas sino enormes fotografías del pasado ya perdido e inalcanzable, y las del presente carentes de sentimiento alguno.

El hombre comenzaba a perder la paciencia con el anciano, odiaba que la plebe se regodeara con cursilerías obsoletas. -¿Existe?- preguntó casi pronunciando cada sílaba. -¿O no?

-Todo depende de quién lo busque y para qué- dijo el anciano. Sin decir nada más, el anciano se se puso de pie y recogió las tazas de té para dejarla sobre otra mesa. 

-Por favor, debo insistir una última vez, entrégueme el árbol. Usted puede fanfarronear todo lo que quiera, pero si no existe, de dónde saca las hojas con las que prepara su té.- El hombre había perdido la paciencia y había sacado de uno de sus múltiples bolsillo una pistola antigua y cargada.

-Usted viva con sus respiraderos artificiales, yo continuaré viviendo como me fue encomendado con mi árbol. Todos tenemos lo que necesitamos, y usted no necesita lo que quiere.- El anciano se dio la vuelta y vio al hombre apuntándole con la pistola, y sin otra respuesta o juego de palabras le dijo al hombre -¡Fuego!

Y una chispa saltó de la pistola y a una velocidad casi imperceptible una bala traspasó la cabeza del anciano, dejando una enorme mancha roja sobre la pared del fondo de la pequeña estancia. El cuerpo se desplomó instantáneamente, y del agujero en la cabeza continuaba saliendo sangre, una sangre transparente con un leve tono rojizo que alarmó al hombre que aun apuntaba con la pistola a la pared. El hombre intentó ponerse en pie para acercarse al cuerpo inerte. Luego de un minuto lo logró y caminó con parsimonia al cuerpo, aunque su rostro no sabía que esperar y las muecas faciales cambiaban en cuestión de segundos.  El hombre había matado a muchas personas, estaba acostumbrado a lidiar con casos como este. Mientras caminaba sacó de otro bolsillo algo pequeño que cabía en la palma de su mano. Usualmente el hombre tenía algún artilugio mecánica que incluía una cámara, y las fotografías de cuerpos muertos posando sus muertes se habían convertido en su secretos trofeos. Pero este cuerpo, el cuerpo del anciano en específico no se le antojaba fotografiable. Más que algo que alguna vez pudo haber tenido vida y alma, parecía un muñeco roto, uno de los tantos androides que decomisa diariamente su compañía. Recordó las palabras del anciano criticando la fotografía y cierto malestar biliar se impuso en su cuerpo. 

El hombre se inclinó hasta el rostro del anciano, observó la herida supurando y comprendió porque la imagen se le antojaba artificial.

-¡Pero si es un androide!- dijo el hombre demasiado exaltado, tanto que la mascarilla saltó de su rostro y cayó sobre el cadáver mecánico y se manchó con la sangre que el hombre pudo identificar como aceite.

El hombre estiró su brazo para tomar la mascarilla, no tenía aire, se asfixiaba lentamente. Pero su mano nunca alcanzó la mascarilla, pues la mano del anciano/androide la sujetó, la apretó con fuerza y la lanzó lejos.

-¿Quiere usted el árbol?- dijo el anciano con una voz casi metálica y temblorosa. -Todos tenemos el árbol dentro de nosotros. El árbol de la vida y de la muerte, los respiradores naturales que crecían en este planeta, la esperanza ya perdida del hombre tecnológico. Un respiradero artificial, una cámara para conservar el rostro de la muerte al alcance de la mano, el horror de vivir sin acción y morir en vano sobre una cama en paz, la pericia y rapidez de un flash aire clic vacío.-Estiró su mano y tomó la cámara de la mano del hombre asfixiado.

El hombre en los últimos cuarenta segundo intentó preguntar -¿El árbol? ¿Dónde está el árbol? ¿Qué ocurre aquí? No hay aire, no hay ni una gota de oxígeno.- Y cinco segundos antes de desvanecerse en el sueño de la muerte comprendió lo que debió entender cuando vio el cadáver. –No árbol ni aire ni fotografía ni vi…
Lo último que vio y escuchó fue el fogonazo lumínico de la muerte y el clic apagado de la vida.