“Historia (Inquiry); so that the actions of people will not fade with time.”

Herodotus
The Histories of Herodotus of Halicarnassus


"That is war... To defeat foes in the name of a country. The states affairs of the enemy are inconsequential."

-Marco
Radiant Historia (videogame)


"The Wheel of Time turns, and Ages come and pass, leaving memories that become legends. Legends fades to myth, and even myth is long forgotten when the Age that give it birth comes again."

-Robert Jordan
The Wheel of Time


"Solomon saith: There is no new thing upon the earth. So that as Plato had imagination, that all knowledge was but remembrance; so Solomon giveth his sentence, that all novelty is but oblivion."

-Francis Bacon: Essays LVIII.
(Epígrafe en "El Inmortal" de Jorge Luis Borges)

"¿Y a mí qué me importa el futuro? Sin duda, Seldon lo habrá previsto y se habrá preparado para él. Llegarán otras crisis en el futuro, cuando el poder del dinero esté tan muerto como fuerza histórica como lo está ahora el de la religión. Que mis sucesores resuelvan sus problemas, como yo he resuelto el nuestro."

-Isaac Asimov

Los príncipes comerciantes

Fundación



©William Rosado Ocasio, 2012-2016
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lunes, 28 de mayo de 2012

Prólogo y Primer Capítulo (Confesiones de una Bruja) -Fragmento-


Este es el prólogo y primer capítulo de mi primera novela titulada: Confesiones de una Bruja. Si tienen tiempo, comentenlo. Gracias.


Prólogo
El final del Camino


 El sol se oculta por el horizonte tiñendo el cielo de rojo, como una cortina teatral que se dispone a revelar muy pronto un escenario nocturno para la mejor obra de todas, la creación. Desde la ventana frontal de la segunda planta de la casa, una mujer observaba el espectáculo más bello que muy pocos aprecian, el milagro diario del crepúsculo. El cielo se torna oscuro, como si una botella de tinta se derramase sobre él. Observa las ramas y las hojas danzar en los árboles al compás de una leve brisa que refresca el rostro en un caluroso día de verano. Durante mucho tiempo la mujer esperó este día, el día en que su vida daría el giro final; este era el final del camino, el final de la historia trágica de esta mujer de cabello rubio y blanco. Suspiró silenciosamente mientras recordaba su pasado, que se halla muy lejos de su presente, con siglos de distancia, cruzando un puente de dolor que hace que le broten lágrimas de los ojos, y saltos de sorpresa a quien la escucha. Ya el sol es imperceptible, el cielo, en lo alto, toma un color púrpura oscuro, mientras que en la parte baja se escurren los evanescentes rayos naranja. Muy pronto todo terminará para ella. Cierra la ventana y camina por el corredor oscuro, se detiene frente a otro corredor, y observa la puerta azul del fondo, baja la vista y continúa su camino dando vueltas en los corredores hasta llegar a la escalera.
 Baja lentamente cada peldaño, extrae un reloj de oro de su bolsillo, presiona un botón que activa el mecanismo para que la cubierta se levante, y observa que faltan cinco  dolorosos minutos para las ocho. Lo cierra, y se encamina hacia la puerta principal, dejando a su espalda la sombra que se refleja igual que en el momento de su nacimiento, cuando se descubrió el mundo. Guarda el reloj en su bolsillo, y en voz baja dice –solo falta un minuto para que todo comience-. Ya todo estaba arreglado, el final de su travesía está cerca. Observa en lo alto de la puerta el cristal empañado por la suciedad que durante años se aferra como alimañas, esto le trae muchos recuerdos, lo único que conserva. En ese instante posa la vista en el suelo, pues se escuchan unos pasos que se acercan de manera pausada como la muerte.
Tres fuertes golpes en la puerta la hacen levantar la cabeza, observa la puerta alumbrada por la luz de la estancia. Tres golpes más en la puerta hacen que tome la perilla en la mano lentamente. Antes de girarla se dice casi en susurro –comencemos con el acto final-, en ese instante tres golpes más se escucharon, giró la perilla, y abrió la puerta dando paso a su destino.




Capítulo 1
El comienzo de una confesión


-¿Sabéis como todo comenzó?- la dama lo observó de arriba abajo mientras tomaba asiento en la antigua butaca, desde su camisa negra y su cabello oscuro como el ébano hasta su pantalón corto que hacia juego con el color de la camisa y la piel tan blanca como la leche. -¿Sabéis que es lo que estás buscando? Sí no tienes esas respuestas, ¿cómo crees en la palabra de cualquiera? Repetirte sin saber de que hablas como si fuera un cuento de hadas o una leyenda urbana.
-Por eso estoy aquí, porque quiero saber sí es cierto todo lo que he escuchado–respondió el joven de manera curiosa. Observó su entorno, y notó que la estancia parecía muy antigua. Había un reloj de péndulo muy bonito, y todas las butacas parecían victorianas genuinas. El cielo raso estaba agrietado, como el suelo seco. Luego observó a la dama sentada frente a él, vestida con un largo traje púrpura con diseños de lunas y estrellas, y una cinta de la misma tela que le sujetaba el cabello. La única luz visible era una pequeña lámpara de metal que estaba corroída por el moho y el tiempo.
-Hay ocasiones en que lo cierto es falso, pero lo falso se puede hacer realidad. Sí deseas escuchar lo que ocurrió, te lo puedo contar todo, pero con una sola condición.-dijo la dama. Se puso en pie rápidamente, caminó hacia el joven, y lo tomó por el hombro.
-¿Cuál?- Le dijo el joven un poco asustado.
-Deberás contar a todo el mundo la verdad de los sucesos que estoy a punto de relatarte y no omitiréis nada-. Arqueó una ceja y una sonrisa se dibujó en sus finos labios.
-Pero como no puedo omitir, sí me lo va a contar, y puede que se me olviden algunos detalles. Además, la grabadora que traía se rompió- respondió algo enojado el joven por los sucesos ocurridos unos minutos antes en la entrada de la lúgubre casa.
-Eso es fácil- respondió la dama, y de la nada apareció sobre la mesa de la anticuada estancia, una grabadora. -Aquí podréis grabar todo lo que te voy a contar, porque no omitiré detalles sobre lo que en verdad ocurrió en esa época-. Se alejó del joven y volvió a tomar asiento.
-Muy bien, entonces comencemos– tomó la grabadora y la encendió.- Contadme, ¿Cuál es vuestra historia? ¿Cómo comenzó? y, ¿Qué fue lo que ocurrió con usted en sus tiempos?  Me gustaría saber más sobre la historia que algunos hablan y nadie conoce-. El joven vaciló con sus últimas palabras, pues ni él mismo estaba seguro de lo que estaba haciendo, aunque la situación se le antojó extraña, de manera que solo se le ocurrió no mencionar palabra alguna en ese instante, dando paso al relato de la dama.

* * *

Era el año 1500 D.C. Yo era una niña para ese entonces, (había nacido para el 1494) debía de tener seis años. Vivía en Cartagena, España. Mi madre era de Salamanca y mi padre era inglés, aunque siempre lo ocultaba por cuestiones políticas. Ya que su padre era español, no le fue muy difícil mantener su pasado oculto. La vida para esa época no era fácil; teníamos que trabajar dentro y fuera de la casa para mantener nuestro modo de vida, aparentar que no éramos tan pobres como muchos de nuestros vecinos y amigos. Recuerdo que siempre me contaban historias sobre lugares maravillosos, castillos de fantasía, laberintos protegidos por criaturas extraordinarias como los minotauros, esas cosas mágicas y maravillosas que les gustan a los niños. Además, los descubrimientos de un navegante, un nuevo mundo para muchos: las Indias Occidentales.
Lo que nunca imaginé es que los nombres que mencionaban eran reales. Esos nombres de magos, castillos y criaturas maravillosas existían, al igual que sus obras, sólo que nadie lo sabía, y quienes lo sabían se lo guardaban en secreto por miedo a la iglesia; a la Santa Inquisición. Mi historia favorita era la del mago Anesto, la historia contaba que él había cavado durante un siglo en la parte trasera de su torre y luego de tanto cavar llegó al centro de la tierra, y allí tomó unos diamantes que siempre llevaba consigo y los fundió en la roca hirviendo que había en ese lugar y le dio la forma de un reloj de arena, pero en vez de llenarlo de arena lo llenó de polvo de oro, y junto al oro añadió unas cuantas gotas de un líquido desconocido y lo selló todo con un hechizo. Al salir del agujero, tuvo miedo de que alguien se lo fuera a robar y puso una maldición sobre él, y lo escondió: aquel que no fuera de su linaje y tocara el reloj, estaría condenado a vivir por siempre con el reloj sujetado con ambas manos, y sí lo soltase aunque fuera por un segundo, moriría y su cuerpo sería expulsado de donde fuera enterrado, jamás la carne se pudriría y ni los gusanos degustarían su carne rancia.
Claro que yo no creía en esas cosas hasta que cumplí los catorce años y fuimos a Roma, a visitar a un familiar enfermo y exiliado de mi madre. Nos permitieron el paso porque este tenía muchas influencias en el gobierno romano. En menos de cuatro meses de preparativos tomamos un barco. En poco tiempo ya habíamos llegado a puerto. Luego tomamos un carruaje que nos llevó hasta Roma. Al llegar, no miré nada, solo me preocupé por entrar y seguir a mi madre. Subimos hasta el tercer piso y nos detuvimos frente a una puerta que en su época de esplendor debió de ser hermosa, pero los años se encargaron de corroerla y dejarla inmunda. Mi madre me dijo que esperara tras la puerta en lo que iba a hablar con su tío. Por varios minutos esperé a que alguien saliera, pero nada. Por curiosidad, acerqué el oído a la puerta y escuché a mi madre decir –tío Anesto, ¿Cómo te sientes hoy?- Al escuchar esto sentí que estaba soñando, que no era real. No supe cuanto tiempo estuve meditando lo que había escuchado, solo sé que mi madre me sacó de la concentración para pedirme que fuera con la esclava que me llevaría a mi aposento.
            Pase más o menos una hora arreglando mis cosas. Todo era hermoso. Las paredes tenían un color melocotón que le daba una belleza relajante al lugar, la cama era bastante amplia con sus cuatro postes de madera firme, había un ropero regular pegado a una pared. Luego de acomodar todo, decidí dar un recorrido por la casa. Era muy hermosa, las paredes de los pasillos eran del color de la arena y tenían la textura de una roca liza; el color de todas las habitaciones era melocotón. Había cinco pinturas en cada uno de los pisos que mostraban la belleza de un paisaje bucólico, una persona desnuda o tan sólo una fiesta formal, en fin, pinturas del renacimiento italiano. También había varias estatuas de hombres posando desnudos, como El David de Miguel Ángel (aunque no tan magníficos). Estos no eran de mi gusto, pero que me importa a mí, no era mi casa.
            En la tarde cenamos en el salón comedor sobre una mesa de madera bastante carcomida por los años de no usarse y las sillas no eran la excepción. En la cena solo se hallaban mis padres y mis dos hermanos. Las esclavas sirvieron la comida, todos cenamos, pero nadie preguntó donde se encontraba nuestro anfitrión. Al terminar de cenar nos enviaron a nuestros respectivos aposentos a dormir. El sol ya casi se había ocultado en el horizonte, y en lo alto ya comenzaban a asomarse las estrellas.
            Digamos que dormir fue lo menos que pude hacer. Esperé a que todo el mundo estuviera durmiendo y me retiré para ir a visitar a ese hombre llamado igual que el mago del cuento, que por lo que había escuchado era tío de mi madre. Salí silenciosamente del aposento, cerciorándome de que no hubiera moros en la costa (que curioso, no hacía mucho tiempo que los moros habían sido expulsados de España, y los que quedaron se convirtieron en moriscos). Fui por todo el corredor, que estaba tan oscuro como los callejones luego de caer el crepúsculo; casi me descubre una esclava pero la oscuridad supo ocultarme. Luego, subí las escaleras hasta el último piso, di unos veinte pasos y quedé frente a la puerta del aposento misterioso. Al abrir la puerta, un resplandor me cegó por varios segundos.



Fragmento de Confesiones de una Bruja por William Rosado Ocasio
© 2008, William Rosado Ocasio
Todos los Derechos Reservados







jueves, 24 de mayo de 2012

Desconocidos -Poesía-


(Recien sacado del horno...)

Recoges el desastre
del viento
mientras yo oculto
tu voz en una caja
de cartón marrón.

Alzas el vuelo
al horizonte
mientras yo recojo
la pureza del primer
roce de tus dedos carmesí.

Anidas en el bosque
anexo a la cuarta avenida
mientras lloro
por la pérdida
de esos ojos negros.

Anuncias al mundo
tu nueva ofrenda
mientras yo espero
porque comprendas que
aun te soy blanco desconocido.

domingo, 20 de mayo de 2012

I. Leyenda de Alba y Atrum -Fragmento-

El nombre de este blog no fue escogido al azar, sino que tiene su origen en un mundo inventado para una serie de historias que desde hace varios años estoy escribiendo (serán aproximadamente siete, pero solo hay una terminada y la segunda comenzada). Hoy he decidido dejar un fragmento de una de las leyenda del Mundo Secreto...



I. Leyenda de Alba y Atrum

Se dice que cuando nació la Luz junto a esta, agarrada de una pierna nació la Oscuridad. La Luz, blanca, clara y pura ayudaba a todo aquel que se lo pidiera, mientras que la Oscuridad, negra, maléfica e impura buscaba deshacer todo lo que su hermana hacía. Y fue de esta manera y siendo hijas e hijos de la Luz y la Oscuridad que nacieron unas criaturas erguidas que con el simple pensamiento crearon materia, y su esencia y pureza fue a parar a otro mundo que fue sellado por el gran manto de la Oscuridad, y que esas criaturas conocidas como humanos solo podrían visitarlas en los sueños.
La Luz conociendo las malas intenciones de su hermana le robó un poco de su esencia y tomó un poco de la suya y las añadió en una esfera de cristal, y creó un poderoso talismán, muy conocido en el Mundo Secreto y desconocido para el mundo de los humanos. En el Mundo Secreto se le conocía como el talismán Alba y Atrum, que quiere decir blanco y negro.
Aún esas criaturas nos visitan en los sueños, buscan la manera de que creamos en ellas y las liberemos, y solo con el talismán es posible rasgar el manto de la Oscuridad...

Luminatio VI de Ga-Ol
50-99 D.A.A.

Fragmento de El Talismán Alba y Atrum (Crónicas del Mundo Secreto I) 
Por William  Rosado  Ocasio
© William Rosado Ocasio, 2009


sábado, 19 de mayo de 2012

Tiempo y cosas que pensar...


Existe un tiempo para todo,
Tiempos para reír y alegrarnos,
Y tiempos para llorar y enojarnos…


No siempre somos de piedra
Para aguantar los golpes del viento
Que constantemente se emperra
En engullir las sobras de humo de los otros.


No hace falta un complejo léxico,
Lenguaje, expresión o frase
Para ver una parafernalia
que mete el dedo profundo en la yaga.


Porque siempre hay algo bueno que decir;
Hasta del león que devora a su presa.
Porque siempre hay algo que ocultar;
Entre el archivo corroído por el moho.


Deja de ser intolerante,
Deja de ser insustancial,
Recuerda siempre que el silencio
Es solo tiempo y cosas que pensar…

viernes, 4 de mayo de 2012

La Isla a Punto de Caducar -Ensayo-



Puerto Rico es la más pequeña de las Antillas Mayores, pero esto no significa que su población sea mínima. Como habitante de esta isla caribeña puedo decir que el espacio no es tan problemático como el nivel de vida que debemos llevar diariamente todos los que habitamos en los últimos años. Las generaciones de mediados del siglo pasado se pueden clasificar como una de las más grandes en cuando a tasas de natalidad, los bien llamados “Baby Boomers” que surgen luego de la Segunda Guerra Mundial acaparando más espacio y muchos más recursos de los usuales. Muchos verán esta alza durante esos años como una bendición en cuanto a la ayuda que podrían dar esos futuros ciudadanos en una época industrializada, pero con el paso del tiempo la complejidad que acapara la mente humana y su creatividad han llevado a crear un problema que afecta sustancialmente a las últimas generaciones. Hoy día la mayoría de los trabajos realizados por varias personas pueden ser hechos por una sola utilizando los avances tecnológicos que han llegado a convertirse para nuestras generaciones (generaciones X, Y y Z) en una espada de doble filo.
Hoy día hay gran demanda en las carreras cortas como enfermería y paramédico, y esto tiene una razón de ser lógica; si Puerto Rico a envejecido lo suficiente no es extraño que la demanda en servicios de salud aumente por encontrarse con una población de ancianos que reciben los beneficios de Medicare, Seguro Social y que al mismo tiempo ocupan algún puesto de trabajo al que se niegan abandonar. Esto último provoca que el empleo que pudo haberse dado a un joven que aspira a una carrera universitaria (o que ya cuenta con una) se vea cuesta arriba. Esta generación vive de dos cosas, de sus años de esfuerzo pagando el Seguro Social y del esfuerzo que la mayoría de los trabajadores jóvenes de hoy día que pagan a este sistema que puede ser posible, desaparezca para cuando nuestras generaciones deban tomarlo debido a los déficits del sistema.
Nos dicen nuestros padres: “Estudiar una carrera universitaria te garantiza un mejor futuro”, pero ¿de qué futuro hablan? Si al terminar la carrera terminas trabajando en un centro de comida rápida o peor aun sin encontrar empleo. Posiblemente te digan que lo único que deja buenos ingresos es estudiar medicina o leyes. La medicina hoy día para toda esa gran generación puede ser útil, y las leyes también debido al alto nivel de población propensa a demandarse mutuamente porque le cortaron una uña sin permiso; pero si todos estudiáramos esas dos carreras tendríamos una alta población de hipocondriacos (mayor a la que existe en el presente) y miles de demandas porque alguien me miró mal en la calle. Esto sería como en la novela de José Saramago Las Intermitencias de la Muerte que la muerte de cierto país desconocido se va de vacaciones y se vuelve obligatorio hacerle funeral a los animales ya que ellos son los únicos que continúan muriendo (impidiendo que las funerarias desaparezcan con esta medida). De alguna manera puede que terminemos como en la isla de la novela Valparaíso, el Magnifico de Elidio La Torre Lagares, desaparecida sin remedio alguno, hundidos en el maremoto del masivo desempleo y pensamiento decadente.  
El alza en el desempleo no debería tomarnos por sorpresa sabiendo que los pensionados y retirados no están tan retirados y continúan ocupando espacios que deberían beneficiar a las presentes generaciones. La respuesta a esto se ve en la emigración casi masiva de jóvenes profesionales de la isla, dejando a los “Baby Boomers” con lo que aquí queda: una isla a punto de caducar.             

jueves, 3 de mayo de 2012

Contaminación Visual -Poesía-


Existe un aparato,
Una caja desgraciada,
Un invento barato,
Para sustituir la fantasía.

Creando sinfonías,
Imágenes inmóviles,
Colores desgarrados
De la raíz del arco iris.

Entrando por el iris,
La imagen atrofiada,
Delgados engordados,
Escenas de amor fingido.

Asesinos, criminales,
Matan  la inteligencia,
Juegan con el hombre,
Robándole la dignidad.

Eliminando las discusiones,
Creando nuevos conflictos,
Añoran el tiempo libre
Para correr como desquiciados.

Se pelean por el control,
Por el programa malo,
La telenovela, el noticiero,
El concurso o la serie.

Canal número dos,
Amores fingidos,
Enamorados conocidos,
Besos de plástico.
  
Canal número cuatro,
Noticieros ficticios,
Reporteros ansiosos,
Por cubrir la noticias,
Pierden la noción de lo real.

Canal número seis,
Concursos mentirosos,
De las noches, del fin,
Con miles de viciosos.

Canal número siete,
Programas pagados,
Anuncios falsos,
Productos que compramos en vano.

Canal número once,
Chismes y problemas,
En novelas y  escenarios,
Con artistas y personas,
De la vida real,
Con vidas ficticias.

Canal número trece,
Canal número veinte,
Canal cien… mil,
Cientos y cientos
Que casi no tienen fin.

Cambian palabras
Por imágenes,
Ideas,
Por idiotez.

Ha revolucionado al mundo,
Volviendo al ser humano,
Un idiota, que solo sirve para ver.