Anochece,
mientras el recuadro blanco y negro
me
mostraba un rosal que no tenía sentido,
y
comprendí, que el sentido no tenía importancia.
Analicé
entonces la variación de tonos,
blanco-claro,
negro-pálido, blanco-grisáceo…
Entonces
observé la forma plana de mi idea
y
me pareció demasiado superficial para ser una imagen.
Intenté
escuchar al viento soplar
entre
las pálidas hojas de ese rosal insípido y confuso,
pero
la alta calidad de la imagen pixelada
no
me permitió ni un segundo de aire.
Cansado
de toda esa infernal parafernalia,
de
todos los nauseabundos tonos sombríos
que
intentan imitar a imagen y semejanza,
el
pensamiento. Y al amanecer, soñé…
No hay comentarios:
Publicar un comentario