Aquí está el enlace para leer el artículo en el periódico El Nuevo Día:
http://www.elnuevodia.com/columna-criminalidadjuventudyeducacion-1221745.html#.T3D3ML5b8oQ.facebook
He añadido el artículo al blog para quienes no desean utilizar el enlace.
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26 de marzo de 2012
Criminalidad, juventud y educación
William Rosado Ocasio (Bachillerato en Artes con concentración en Historia de las Américas y Literatura Comparada, UPR - Río Piedras)
Puerto Rico sufre muchos males en los últimos años. La criminalidad incrementa mientras que el sentido común disminuye en las esferas políticas del País. Cuando un individuo opta por representar los intereses del pueblo no sólo debe preocuparse de uno de los problemas del todo, sino que debe atacarlos a todos por igual.
Pero los líderes gubernamentales y quienes buscan el poder, se quedan cortos en el fuero público, en el que tanto se expresan con discursos floridos tratando simplemente de alargar su carrera política y de asegurar el porvenir de sus intereses individuales.
Se acusa constantemente a la juventud de haberse torcido al llegar a las encrucijadas de la vida. Pero, ¿acaso no es el gobierno el que tiene no sólo el poder, sino también el deber de reparar las fallas en el sistema y las faltas a la Ley?
Un ejemplo es el área de la seguridad. Se habla mucho de involucrar a la comunidad para el esclarecimiento de crímenes. Se hacen campañas en todos los medios para activar lo que pareciera ser un deber cívico en la población amenazada, no sólo por los criminales, sino también por la ineficiencia en la seguridad de las calles. Día a día se encuentra patrullas en puntos específicos deteniendo a conductores para ver si pueden encontrar una falta que sea merecedora de una multa; mientras tanto las noches son tranquilas en este punto. De día es como un enorme hormiguero abarrotado de infracciones en la carretera, en la noche son las víctimas de los crímenes las que pagan la falta de agentes para vigilar en áreas peligrosas.
El gobierno actual ha prometido demasiado y ha cumplido pobremente con sus promesas; habla de cifras y gráficas como si estas fueran suficientes para atajar los baños de sangre que vemos a diario en calles y comunidades. Cuando los puertorriqueños observan un crimen, ven que fue cometido por alguien joven o que la víctima es alguien joven. Ahora la pregunta es si es correcto pensar que la juventud es la culpable, o son las generaciones anteriores que tuvieron demasiadas faltas, cuyos efectos se reflejan en el presente.
El próximo gobierno debería invertir más en mejorar el sistema educativo, el cual tiene tantas carencias como el sistema de justicia, pues personas bien educadas no sólo tienen más ventajas en el mundo laboral sino también en la reconstrucción de una sociedad que hoy día parece un gigante que ha resbalado y ha perdido varios dientes en el impacto.
La educación es la clave para mejorar, y no debe ser sólo un tema para hablar en campaña y pasar el problema a la próxima administración.
Pero los líderes gubernamentales y quienes buscan el poder, se quedan cortos en el fuero público, en el que tanto se expresan con discursos floridos tratando simplemente de alargar su carrera política y de asegurar el porvenir de sus intereses individuales.
Se acusa constantemente a la juventud de haberse torcido al llegar a las encrucijadas de la vida. Pero, ¿acaso no es el gobierno el que tiene no sólo el poder, sino también el deber de reparar las fallas en el sistema y las faltas a la Ley?
Un ejemplo es el área de la seguridad. Se habla mucho de involucrar a la comunidad para el esclarecimiento de crímenes. Se hacen campañas en todos los medios para activar lo que pareciera ser un deber cívico en la población amenazada, no sólo por los criminales, sino también por la ineficiencia en la seguridad de las calles. Día a día se encuentra patrullas en puntos específicos deteniendo a conductores para ver si pueden encontrar una falta que sea merecedora de una multa; mientras tanto las noches son tranquilas en este punto. De día es como un enorme hormiguero abarrotado de infracciones en la carretera, en la noche son las víctimas de los crímenes las que pagan la falta de agentes para vigilar en áreas peligrosas.
El gobierno actual ha prometido demasiado y ha cumplido pobremente con sus promesas; habla de cifras y gráficas como si estas fueran suficientes para atajar los baños de sangre que vemos a diario en calles y comunidades. Cuando los puertorriqueños observan un crimen, ven que fue cometido por alguien joven o que la víctima es alguien joven. Ahora la pregunta es si es correcto pensar que la juventud es la culpable, o son las generaciones anteriores que tuvieron demasiadas faltas, cuyos efectos se reflejan en el presente.
El próximo gobierno debería invertir más en mejorar el sistema educativo, el cual tiene tantas carencias como el sistema de justicia, pues personas bien educadas no sólo tienen más ventajas en el mundo laboral sino también en la reconstrucción de una sociedad que hoy día parece un gigante que ha resbalado y ha perdido varios dientes en el impacto.
La educación es la clave para mejorar, y no debe ser sólo un tema para hablar en campaña y pasar el problema a la próxima administración.
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