Se siembran campos marchitos de girasoles
en un valle en medio del desierto,
lugar oculto, reducido y comprimido
por el polvo negro que esparce la noche.
Escucho en el susurro del viento
un gemido… Un fuerte alarido
que desgarra las sábanas
de una orgullosa criatura
que muerde con dientes de cristal quebrado.
Desangran la cabeza de un cordero
para hacer la fiesta de un averno decadente,
con demonios que han devorado la tierra,
hasta las viseras de sus hijos.
Alza al firmamento un cuervo desplumado
tributo a las negras nubes de lo incierto,
porque el viento, pronto esparcirá los huesos
en mis campos cegados por hombres sin manos.
Y las cabezas que se mecen entre los picos
empalando el cultivo de cerezos amarillos
y las siembras de manzanos sin semillas
para dar de comer la pulpa de la mentira.
Donde todo el que miente es ángel altivo
con alas de plata que atraen al cautivo cerebro
de todo el mundo, campo de hastío,
campo de humillados, campo de silencio enajenado.
Voces que se alzan entre la maleza
como conejos saltando en las praderas,
donde se cultivan cuerpos disecados
de humanos que perdieron sus cabezas.
Pares de insectos que se mueven
entre los caminos de una cereza
medio mordida entre los labios imaginarios
de una quimera que custodia,
los macabros campos dentro de la cabeza.
en un valle en medio del desierto,
lugar oculto, reducido y comprimido
por el polvo negro que esparce la noche.
Escucho en el susurro del viento
un gemido… Un fuerte alarido
que desgarra las sábanas
de una orgullosa criatura
que muerde con dientes de cristal quebrado.
Desangran la cabeza de un cordero
para hacer la fiesta de un averno decadente,
con demonios que han devorado la tierra,
hasta las viseras de sus hijos.
Alza al firmamento un cuervo desplumado
tributo a las negras nubes de lo incierto,
porque el viento, pronto esparcirá los huesos
en mis campos cegados por hombres sin manos.
Y las cabezas que se mecen entre los picos
empalando el cultivo de cerezos amarillos
y las siembras de manzanos sin semillas
para dar de comer la pulpa de la mentira.
Donde todo el que miente es ángel altivo
con alas de plata que atraen al cautivo cerebro
de todo el mundo, campo de hastío,
campo de humillados, campo de silencio enajenado.
Voces que se alzan entre la maleza
como conejos saltando en las praderas,
donde se cultivan cuerpos disecados
de humanos que perdieron sus cabezas.
Pares de insectos que se mueven
entre los caminos de una cereza
medio mordida entre los labios imaginarios
de una quimera que custodia,
los macabros campos dentro de la cabeza.
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