“El Reino de la Narrativa:
desde la literatura hasta el videojuego”
William Rosado
Ocasio
La narración
como parte de la literatura desde que el ser humano practica el ejercicio oral
de contar acontecimientos e historia (que no solo involucran lo social sino lo
cultural), ha transformado lo cotidiano en algo sublime que trasporta al
receptor a un estado catatónico en el que la ficción se encarna en la piel del
inducido engaño. Es inevitable buscar sentido entre el laberinto de palabras y
clichés. Exhalar entre cada punto y coma de lo escrito. En sus orígenes la
narración era oral, como posiblemente se narrara la Ileada y la
Odisea ante de la trascripción de Homero, o en la Edad Media los juglares y
sus fantásticas historias relatadas una y otra vez en distintos poblados, y
cada versión único por aquellos cambios que surgen para evitar la repetición de
la misma historia de la misma manera. Luego llega la tradición escrita y
comenzamos a ver romances medievales como Tristan e Iseo, El Caballero del León de Chrétien de
Troyes o los Lais de María de Francia, y mucho más tarde la evolución
de estas historias por medio del nacimiento de la novela y el cuento como
género. Todos hoy día tenemos acceso a estas obras y miles más, pero hay algo
que ha surgido, (y que a mi parecer) es un nuevo método de narrativa posterior
al cine: El videojuego.
El videojuego
tiene sus orígenes en 1947 con unos simulacros computarizados de misiles, pero
no es hasta el 1952 que vemos lo que es el primer videojuego llamado: “OXO”, el
cual era parte de la tesis doctoral de Alexander Sandy Douglas para Cambridge
en Inglaterra. Así a través de las décadas
continúa el surgimiento de juegos como “Tennis for two”, “Spacewar”, “Galaxy
Game”, “Pong”, hasta los más conocido actualmente por medio de consolas individuales
en los hogares. No es hasta la Edad de Oro de los videojuegos en los ’80 que
vemos el desarrollo más profundo de este medio de entretenimiento. Mi principal
ejemplo será con la compañía Nintendo. Nintendo comenzó su incursión por medio
de aparatos de bolsillo con sencillos juego del emblemático personaje Donkey
Kong, lanzando cosas y el individuo controla a un personaje (del que luego
surge el famoso fontanero de Nintento: Mario). No fue hasta el nacimiento de
las consolas de 8 bits que vemos surgir historias de lo que antes era un
entretenimiento ocasional. Vemos surgir a Mario en su travesía para rescatar a
la princesa Peach, a Samus (de Metroid) combatiendo con alienígenas y a Link
recorriendo la tierra de Hyrule resolviendo acertijos para rescatar a la
princesa Zelda. Más tarde surgen otros como los muy conocidos Final Fantasy y
otras series con historias ricas y complejas.
En mi caso mi
primera consola de videojuegos lo fue el Super Nintendo Entertainment System(SNES) y mi
primer juego lo fue “The Legend of Zelda: A Link to the Past”, juego el cual a
mi corta edad (no más de cinco o seis años) no comprendía y no fue hasta trece
años después que puede terminarlo. Durante las últimas dos décadas el
videojuego a evolucionado rápidamente volviéndose más complejo y profundo, con tramas
interesantes que permiten al usuario no solo conocer la historia (como en un
filme) sino también le permite interactuar con el entorno del personaje y
conocer más afondo y con detalles estos mundo digitales. Mi mejor ejemplo es “The
Legend of Zelda”, un mundo mítico como aquellos que encontramos en los mitos
nórdicos, griego y muchos otros, pero sostenido en una mitología propia sin
elemento de nada que se haya visto anteriormente. La complejidad de esta serie
fue la que me llevó a ver el videojuego no solo como un método de
entretenimiento, sino también como una nueva forma de narración en la que el
usuario no solo conoce una historia sino que debe utilizar sus habilidades
cognitivas para avanzar. Puede que esto último suene repetitivo (a una oración
anterior), pero mi punto es el giro dramático que existe entre la literatura,
el cine y el videojuego. En la literatura analizamos el contenido cuidadosamente
además de entretenernos, pero sobre todo alienta a nuestra imaginación de
muchas maneras; el cine nos muestra una historia y su desenlace dejando muchas
veces muy poco a la imaginación; y el videojuego es un intermedio entre ambos,
nos muestra una historia en la que podemos explorar (a diferencia del cine)
mucho más a fondo, y que nos permite imaginar en los limites (y algunas veces
fuera) de lo que conozcamos dentro de la historia. La narrativa a tomado un
camino que tal vez muchos jamás esperaron, pero para bien o para mal podemos
añadir dentro del amplio reino de la narrativa a un nuevo inquilino junto al
cine y la inagotable (e inextinguible) literatura: fuente de toda creatividad
presente y futura.